GERMINACION

De las semillas del cannabis podemos obtener plantas hembras, macho u que contengan las dos cualidades, según sea su procedencia e información genética.
Las podemos sembrar directamente en la tierra. La idea es aplicar una capa de tierra considerable, dejando de unos 3 a 5 cm. antes de completar el llenado máximo de la maceta o el contenedor que utilicemos. Luego se pone la semilla y se termina de cubrir con tierra, con unos 3 a 5 cm. de espesor son suficientes, llegando al nivel de riego del macetero y compactar un poco el sustrato, para que no retenga o acumule mucha agua ni tampoco se drene muy fácilmente.
Es aconsejable no sembrar más de una semilla por maceta, pensar que hay que hacer posteriores transplantes y, en definitiva, se dañan nuestras plantas en ese proceso.Si decides plantar más de una semilla en un contenedor hay que tener en cuenta que: Tienen que estar muy separadas, pues se corre el peligro de que se entrecrucen las raices, con el consiguiente perjuicio para la planta en el momento en que se decida su transplante.
Una vez cubiertas de tierra es importante dejar el macetero en un lugar que no experimente cambios muy bruscos de temperatura o humedad. Las semillas, para germinar, necesitan de una acumulación de frío; pero esto no significa que tengamos que ponerlas en el frigorífico. No. Tampoco necesitan de mucho sol, ya que están bajo tierra y aún no desarrollan hojas para fotosintetizar esa luz, con el perjuicio que puede comportar un exceso de éste, secando el sustrato. Mucha humedad aletarga el crecimiento, puede favorecer la clorosis o, en el peor de los casos, ese exceso de humedad puede hacer que se pudran las preciadas semillas.

Otra manera de hacerlas germinar sería poner en práctica el viejo truco de germinarlas en un recipiente con un soporte de algodón o similar bien húmedo. Es el mas habitual e incluso hay gente que piensa que es el único. Consiste en poner las semillitas entre algodones y a su vez poner todo ello en un envase cualquiera y añadir agua hasta humedecer el algodón. Se mantendrá el algodón húmedo mientras germinan las semillas. Es recomendable situar el envase en un lugar calido (20-25ºC),pero no demasiado y sin mucha luz (nunca al sol),esta podría quemar las incipientes raíces ya que el algodón no es opaco. Tendremos que esperar varios días hasta encontrarnos con la plantita y sus dos bonitas hojas germinales.
El siguiente paso es muy delicado, se trata de pasar la delicada plantita a una maceta con tierra. El delicado no es el proceso sino la plantita, por lo tanto deberemos tener un cuidado extremo al sacarla del algodón. Es muy probable que las raicillas se enganchen con algún hilo del algodón y tengamos que arreglárnoslas para soltarlo sin romper la planta. Luego solo queda preparar una maceta con tierra de buena calidad),hacer un agujerito con el dedo y meter la plantita hasta las hojitas para por ultimo tapar y regar. Recomiendo regar antes y después de colocar la planta para facilitar el proceso.
Parece fácil pero lo fácil es aplastar el delicado tallo con nuestros dedazos y chafar la planta, también es fácil tirar de ella y que se quede un trozo en el algodón sujeto por sus hilos (y no vale escayolar....), son fáciles muchas formas de hacerlo mal, por lo tanto recomiendo de nuevo el siguiente método.

Durante las primeras semanas de crecimiento, las plantitas van creciendo lentamente... primero aparece un tallito con dos hojitas ovaladas (cotiledones) y luego, poco a poco, van brotando los primeros los primeros pares de hojas reales. En estos primeros días, hasta el 4º ó 5º par de hojas reales, la planta solo necesita agua y calor, aunque sin excesos... evitaremos tener la tierra permanentemente húmeda, para que la raíz respire lo suficiente y el tallo no se pudra víctima del ataque de un hongo llamado alternaria. Aproximadamente 2 semanas después de la germinación, la planta ya tiene de 5 a 6 pares de hojas y empieza a crecer rápidamente, a esta etapa la llamamos crecimiento vegetativo

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