ABONADO (1) EN TIERRA

Un factor muy importante es el mantenimiento y potenciación de la fertilidad del suelo. No es lo mismo aportar fertilizantes que fertilizar un suelo fértil. Aparte de las materias orgánicas que aportan los sustratos que aportamos a la mezcla inicial, es necesario aportar algunos ingredientes químicos para el completo desarrollo de la planta.
Un error muy común en los cultivadores de maceta es el de aportar solo fertilizantes sin añadir materia orgánica, hecho que provoca en la mayoría de los casos carencias de microelementos e incluso bloqueos iónicos en el suelo (por la disminución de intercambio catiónico que le da la materia orgánica). Para esto se han de utilizar abonos químicos completos, aunque lo mejor es el abonado de base.
El cannabis tiene una gran capacidad para asimilar nutrientes, sobretodo cuando las plantas son adultas, pero esto no quiere decir que los necesite: es mas, para los cultivos cuya finalidad es el aprovechamiento de las resinas psicotropicas, las necesidades son muy básicas y los excesos dificultan la biosíntesis de cannabinoides. En cambio los cultivos de cáñamo industrial tienen que desarrollar gran cantidad de masa vegetal, siendo las necesidades de nutrientes mucho mayores.
EN EXTERIOR
Cuando se cultiva en huertos o jardines, el ciclo natural aporta al suelo una retroalimentación permanente: hojas, malas hierbas, plantas y arbustos muertos … que se descomponen generando una capa de compuestos orgánicos que, paulatinamente, y gracias al efecto de la lluvia y el riego, filtran nutrientes al suelo. Además, oxigeno, hidrogeno, nitrógeno y carbono, elementos claves en el desarrollo vegetal, estan presentes en la tierra y en el aire en proporciones aceptables para que la planta se desarrolle sin ayuda humana.
Así, para los que planten en tierra directamente, se puede facilitar el enriquecimiento de la tierra aportando hojas de árboles (durante verano y otoño). No es muy recomendable usar malas hierbas, porque además aportaran semillas que luego nacerán dificultando el crecimiento de nuestras matas. Un compost de mas de seis meses es un excelente abono y además gratuito.
De esta manera es poco probable que la planta sufra carencias, mas tipicas de las plantas en contenedor, donde la tierra se desmineraliza mas rapidamente.
El llamado Abonado de fondo se realizara a finales de invierno o a principios de primavera. Ocasionalmente se repetirá a finales de verano. Consiste en esparcir una capa de 3 a 5 centimetros de fertilizantes minerales y todo tipo de materia orgánica, fundamentalmente compost y estiércol. Lo revolvemos todo hasta la epoca de la plantación en la que volveremos a echar una capa mas fina.
El abonado de cobertera se añade en momentos clave: es decir, añadimos nitrógeno en el crecimiento a los terrenos que lo requieran, proporcionando alimento necesario para el correcto desarrollo de la masa vegetal.
Rotacion de cultivos: para hacer un cultivo realmente ecologico en huerta o macetas es obligatoria la rotacion de cultivos, cosa que la mayoría de la gente no hace, sobretodo los que lo hacen en maceta. Esta es precisamente la causa de la aparicion de plagas y sobretodo de nemátodos (gusanos del suelo) en suelos cansados por la instauración de monocultivos. Es recomendable emplear el terreno en invierno practicando un cultivo de abonado verde (con habas, alfalfa, trébol, avena…), haciendo lo mismo en las macetas.
Se siguen cuatro normas para la rotacion:
· No plantar ninguna planta que produzca el mismo organo que pretendemos cosechar, es decir, flores en el caso de la yerba.
· La especie que preceda al cannabis no puede ser de la familia “cannabinaceae”, cosa que solo puede pasar con el lúpulo, que junto al cannabis son las dos unicas especies vegetales que integran dicha familia.
· El cultivo que preceda no debe tener las mismas exigencias de estiércol, después de un cultivo de mucha exigencia hay que sembrar una especie de poca exigencia.
· Duracion de la vegetación, eligiendo aquellas especies de ciclo mas corto cuando se dispone de poco tiempo.